A mí siempre me gustó disfrazarme. Nos juntábamos unas amigas y organizábamos el carnaval, durante un par de meses diseñábamos el disfraz y después nos lo hacían nuestras madres, en mí caso, mí abuela.
Esto lo hice año tras año hasta que empecé a salir con el que hoy es mí marido (lo conocí con 16 años) y deje de disfrazarme. ¡Lo que se hace por amor!.
Ahora vuelvo a disfrutar del carnaval a través de mis hijos, estoy encantada. Hay una pequeña diferencía y es que soy yo la que hace los disfraces.
A pesar de que no me gusta poner fotos de mis hijos, esta vez voy hacer una excepción, quiero que veais a los que me tienen loquita. Son los que me hacen reir, llorar, enfadarme y un sin fin de sensaciones desconocidas hasta que tienes hijos.
Es un niño muy sociable que se rie de todo y con todo.
Ella es totalmente diferente al hermano.
Son dos polos opuestos que se atraen y se quieren con locura. Esto es lo que me hace mas feliz, a parte de tener al hombre de mi vida al lado.
Besiños y gracias por estar ahí.